Cuántas veces un gran plato ha pasado desapercibido por no ir acompañado de una llamativa puesta en escena? Seguramente, si te paras a pensar, más de lo que creías. En el día a día, cuando vamos a comer, no tenemos en cuenta el aspecto de nuestra mesa, dado que lo que vamos buscando es saciar nuestro apetito. Sin embargo, cuando organizamos una velada en casa, queremos que nuestros invitados queden extasiados tanto por el efecto de nuestras elaboraciones en sus paladares, como por la presentación de nuestra mesa. El que tus platos gocen de increíbles comentarios, es algo en lo que no te podemos ayudar. No obstante, en lo que respecta a la decoración, si podemos darte unos consejos que consideramos pueden ser de gran utilidad. Para empezar, debes tener en cuenta los tonos presentes en la estancia y la cantidad de luz con la que vas a contar. Ambos elementos deben ser analizados antes de crear la combinación cromática que vas a utilizar, fundamentalmente, para evitar que quede demasiado oscura o que el color sea tan excesivo que eclipse a los platos y a los comensales. Como norma general, para la elección de la mantelería, te aconsejamos que optes por tonos claros, como el piedra o el marfil. Ambos podrás combinarlos con otros elementos que los realcen y aporten el toque de sofisticación que necesitas. Para los centros de mesa, algo que todos deben cumplir, es que permitan la comunicación entre todos los comensales. Por tanto, pueden ser bajos o estar en altura, pero no cortar, bajo ningún concepto, la visión. En cuanto a la elección de la vajilla, te aconsejamos que el toque llamativo proceda del bajo plato y utilices un tono neutro para el resto de las piezas. De este modo, tus elaboraciones tendrán el protagonismo que se merecen. En lo que respecta a la cristalería, te recomendamos que sea de vidrio. No obstante, puedes aportarle un toque de color incluyendo una copa con una forma y un tono que combine con el resto de los elementos que hayas incluido.